La enseñanza que deja huella

Me siento profundamente agradecida por haber tenido la oportunidad de formar parte de esta familia, en la cual, desde el primer momento, me sentí como una más de ellos.

Feliz por la persona en la que me he convertido, gracias a la confianza que depositaron en mí, incluso cuando yo misma no creía en mí. No hacía falta decir nada, pues con una simple mirada ya sabían si algo pasaba. La posibilidad de confiar en ellos, sabiendo que no eres juzgado, y los valiosos consejos que me ofrecieron, han sido fundamentales para mi crecimiento personal. Gracias a todo esto, me siento muy feliz y orgullosa de ser la persona que soy hoy.

Esta ha sido una etapa en la que todos han dejado una huella imborrable en mi corazón, una huella que llevaré siempre conmigo. Especialmente, quiero agradecer a una persona que marcó profundamente mi vida, a pesar del poco tiempo que pudimos compartir dentro del aula. Aunque fuera del aula también compartimos momentos, de otra manera, tus enseñanzas me acompañan siempre. Gracias, Elena, por todos tus consejos que me ayudaron a crecer como persona.

¡Gracias, San Ignacio, por acogerme y hacerme mejor persona! ¡Felices 60 años!

Elena Testón es antigua alumna de FP